Uno de los objetivos con los que llegó al mercado la nueva ley hipotecaria fue aumentar la transparencia tanto para consumidores como para entidades financieras.

Desde que entró en vigor el pasado mes de junio, los bancos están obligados a enviar una documentación muy completa a los clientes para que puedan revisar de la mano de un notario todas las cláusulas del contrato y solventar las posibles dudas que tenga del contenido. Según establece la normativa, el consumidor puede elegir el notario que quiera y concertar la cita en un plazo de al menos 10 días antes de la fecha prevista para firmar la hipoteca.

Entre la información que entrega la entidad al cliente está la FEIN (Ficha Europea de Información Normalizada), que tiene carácter vinculante para el banco e incluye las condiciones generales del préstamo (el tipo de interés, la duración de la hipoteca, el importe cada cuota, las comisiones...) Y también está la FIAE (Ficha de Advertencias Estandarizadas), donde están resumidas las cláusulas y condiciones más complicadas, como por ejemplo las consecuencias de que suba el euríbor para un préstamo a tipo variable o de firmar una hipoteca multidivisa. [Consulta más información]

Toda esa documentación es la que debe revisar el cliente con el notario que elija libremente y es en esta parte del proceso donde suele aparecer esta duda: ¿qué pasa si existe algún error?

Según explica el portal Notarios en Red, “el papel de los notarios en esta fase precontractual que refuerza la nueva ley hipotecaria es comprobar que la parte prestamista cumple sus obligaciones. Para ello, ésta tendrá que enviar, al notario libremente elegido por el prestatario, la misma documentación que ya habrá entregado y explicado al solicitante del préstamo y sus garantes. De esta forma, los notarios podemos revisar la documentación, cerciorarnos de que se cumplen las obligaciones que la LCI impone y explicar su contenido, de nuevo, a los consumidores, contestando sus preguntas sin prisas, ni coacciones de terceras personas”. Y añade que “si en el proceso el notario detecta incumplimientos del prestamista, tanto si es antes del otorgamiento del acta, como durante la misma, el notario pondrá en conocimiento de la entidad los incumplimientos detectados para que sean subsanados”.

Ahora bien, el cliente también debe estar alerta. Como recalca Juan Villén, responsable de idealista/hipotecas, “el papel de los notarios dentro de la nueva ley hipotecaria es fundamental, sirven de garantes de que todo está correcto, aunque el usuario no sea consciente de lo que ha ocurrido anteriormente “entre bambalinas”. Dicho esto, el consumidor nunca debe delegar en el notario su responsabilidad, debe ser plenamente conocedor de lo que implica el préstamo que está firmando, sus cláusulas y sus consecuencias”.

Imaginemos que efectivamente hay errores en la documentación de un préstamo para la compra de una vivienda. ¿Cómo afecta al proceso y a la firma? Los notarios recuerdan que todo depende de si el banco decide corregir las incorrecciones.
Desde que queden subsanados todos, se vuelven a contar los 10 días para poder otorgar la escritura de préstamo/crédito hipotecario, teniendo además que comparecer de nuevo en la notaría, los obligados a ello, para que el acta pueda ser formalizada con resultado positivo. Pero si no se subsana no se podrá realizar el otorgamiento de la escritura. Para que el acta tenga resultado positivo, es necesario que la documentación esté correctamente confeccionada, haya sido entregada y explicada en plazo por la entidad prestamista, y el notario tenga el convencimiento de que es comprendida por los solicitantes”, explica el portal.
A pesar de que no sucede siempre, sí cabe la posibilidad de que en la documentación haya deficiencias. Según Notarios en Red, “no es raro que tengamos que pedir subsanación de la documentación recibida, a veces por despiste, a veces por cuestiones de interpretación por el motivo que sea. Cuando los notarios detectamos errores que han de subsanarse así se comunica. En los primeros meses desde la entrada en vigor de la LCI ocurría con bastante frecuencia, y parece que, pasado ya un tiempo, todos vamos encajando e interpretándola mejor y se van reduciendo las incidencias”.