El real estate en Europa comienza 2019 con distintas velocidades. La contención de los precios en algunos países contrasta con las fuertes subidas que se están produciendo en estados emergentes, animados por los bajos impuestos en las compraventas y la necesidad de ampliar el parque de viviendas para satisfacer la fuerte demanda.

Para explicar los factores que caracterizan el status quo de Europa a nivel inmobiliario, Instituto de Valoraciones ha analizado las características de los mercados más destacados en 2019:

Los límites al alquiler y la posible subida de tipos de interés del BCE favorecen la moderación de los precios en España

Aunque siguiendo la tendencia al alza, el valor de la vivienda en España experimentará un menor crecimiento en 2019. Si bien en 2018 se alcanzaron subidas de casi el 7%, la previsión es que en los próximos meses el encarecimiento no supere el 5%.
Las restricciones emprendidas para poner coto a los alquileres turísticos son uno de los factores que contribuyen a reducir el ritmo de subidas. Con ellas, se retrae la inversión de compradores atraídos por la alta rentabilidad de este tipo de arrendamientos. Además, la incertidumbre en torno a la posible limitación de los precios de alquileres de larga duración en determinadas zonas urbanas refuerza dicha contención.
Asimismo, de consumarse la probable subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo a finales de año, esta medida actuaría también de freno al avance de los precios en el mercado inmobiliario español.

El fuerte encarecimiento en Portugal eleva los precios de Lisboa un 23% en solo un año

A mediados de 2018, el país luso se situaba ya en el pódium europeo en cuanto a encarecimiento de la vivienda con un incremento en los precios del 11,2%, según datos de Eurostat. Se trata de una subida animada por una tendencia al alza en la inversión que marcó máximos históricos en 2017 con más de 153.000 viviendas vendidas, un 20% más que el año anterior.
La subida de los precios es especialmente notable en Lisboa. En concreto, el valor medio de una vivienda en la capital creció en 2018 hasta los 2.753 euros por metro cuadrado, un 23% más respecto al año anterior, incremento que se eleva al 42% teniendo en cuenta los datos de 2016.
El buen clima y las ventajas fiscales, como el programa Golden visa y la exención de impuestos a la renta durante 10 años para pensionistas no residentes, contribuyen a una fuerte atracción de compradores extranjeros en Portugal. A los inversores europeos, procedentes de países como Francia, Irlanda y Reino Unido, se suman ahora nuevos inversores de Oriente Medio, Asia y Sudáfrica. En total, una de cada cuatro ventas de vivienda en Portugal fue ejecutada por compradores extranjeros, según datos de la Asociación de Promotores Inmobiliarios y Agentes Portugueses.

Irlanda y Eslovenia encabezan el alza de los precios en Europa

Con subidas superiores al 12% y el 13%, respectivamente, estos dos países marcaron máximos continentales a mediados del año pasado. En el caso de Irlanda, se trata de una tendencia que se mantiene desde hace cuatro años y que acumula un encarecimiento de casi el 40%.
La escasez en la oferta de casas es una de las principales causas del notable incremento en los precios irlandeses. De cara a 2019, la construcción de nuevas viviendas es uno de los principales objetivos del Gobierno, que espera disponer de 25.000 nuevos inmuebles a lo largo del año.
Por su parte, las bajas comisiones de las compraventas en Eslovenia, en torno al 1% para el propietario y sin coste para el comprador, han favorecido que el país liderara la subida en los precios de la vivienda en Europa.

Los incrementos en Francia y Reino Unido se sitúan por debajo de la media europea, mientras que en Alemania siguen por encima

En 2018, el país germano ha seguido registrando alzas de precios superiores a la media europea, aunque levemente. El incremento en el viejo continente se sitúa en el 4,3%, cuatro décimas por debajo del promedio alemán. Eso sí, la tendencia de cara a 2019 es el descenso en el ritmo de encarecimiento, alentado por medidas de contención en los precios, como ha ocurrido en el caso del alquiler con la ley aprobada el pasado septiembre. La medida incluye multas de hasta 100.000 euros para los propietarios que desahucien a sus inquilinos para aumentar el precio del inmueble.
La subida en Francia, la más baja de los principales países europeos y cifrada en el 2,8%, se debe, en gran medida, a la política de fomento en vivienda social llevada a cabo por el Gobierno galo. Este tipo de casas suponen ya el 17% del parque inmobiliario del país y, con la Ley Elan, se pretende que los inquilinos lleguen a comprar unas 400.000 al año. El valor de estos inmuebles, entre un 20% y un 30% por debajo del mercado, contribuye a la contención de los precios.
Por su parte, la incertidumbre en torno al Brexit contribuye al freno del encarecimiento en el real estate británico, que a mediados de 2018 se situó en el 3,4%.